Pluviómetros famosos
Ya ha llegado el verano y queremos refrescar el ambiente, por lo menos durante los meses de julio y parte del agosto, con anécdotas curiosas, divertidas, lógicamente relacionadas con el agua, la lluvia, las precipitaciones en general. Como apuntábamos en el artículo anterior, junio ha seguido siendo extremadamente lluvioso en algunas comarcas… ¡más de 300 litros al norte de Osona o el Lluçanès! Y todo ello, fruto de las tormentas. En puntos de la Albera (Alt Empordà), la Garrotxa, el Montseny, el Ripollès o las zonas antes mencionadas ya rozan los 900 litros ¡y todavía estamos a principios de julio!
Pero dejemos los pluviómetros de Cataluña para conocer primero, y precisamente, un poco la historia del pluviómetro, herramienta fundamental de cualquier observatorio, relativamente simple pero muy efectiva.
PLUVIÓMETROS DE 2400 AÑOS: Históricamente, estos instrumentos tenían, y siguen teniendo en extensas zonas, una finalidad estrictamente agrícola. El primer pluviómetro documentado se construyó en la India en el siglo iv a. C. Era un tazón de fuente de 45,7 cm de diámetro al lado de un medidor de lluvia. Anotaban las lecturas en el “Arthashastra de Kautilya”, famoso tratado de la época, y gracias a ello se sabe que caían unas 16 “dronas”, equivalente a 813 litros anuales, posiblemente concentrados en la época monzónica, de mayo a septiembre u octubre. Incluso se puede leer que “según como sea la lluvia, el superintendente sembrará las semillas que requieren más o menos agua”. El segundo pluviómetro es palestino. En un libro que trata sobre la vida social entre los siglos ii a. C. y ii d. C. figuran datos de registros de lluvias de cuatro años seguidos con una media de 540 litros anuales. Tuvieron que pasar 1000 años para encontrar nuevos datos. En el año 1247, en la China se instalaron pluviómetros en las capitales de provincia y de distrito, e incluso se construyeron pluviómetros especiales hechos con bambú en los pasos de montaña para registrar la nieve. En la siguiente imagen podemos ver el pluviómetro del Observatorio de París en 1846.
EL PLUVIÓMETRO MÁS FAMOSO: Les presentamos el pluviómetro más famoso del planeta. Está instalado en el cráter Commerson, a 2350 metros de altura, en la isla de Reunión. Pero expliquemos antes algunos rasgos curiosos de esta singular isla… LA ISLA DE LA LLUVIA. Si nos preguntan cuál es la isla más lluviosa del planeta, sin ninguna duda, diremos que es la de Reunión, pequeña isla situada al este de Madagascar. Existen otras islas más grandes, como Nueva Zelanda, donde, en su parte meridional y en la vertiente oeste de sus montañas, hay registros de precipitación muy importantes, pero la de Reunión tiene en su interior montañas como la cima de las Nieves, de 3070 metros, o la cima de Fournaise, de 2631 metros, que hacen de palanca para que los vientos dominantes del este adquieran más ímpetu y descarguen cantidades de lluvia enormes. El observatorio de Les Hautes de Saint-Rose registra una media al año de 11 000 litros por metro cuadrado, por lo que es uno de los cinco puntos más lluviosos del planeta. El mes más lluvioso del año es febrero. Precisamente, hacia finales del mes de febrero del 2007, el ciclón tropical Gamede dio lugar a lluvias torrenciales entre los días 23 y 27. En Cilaos cayeron 2600 litros, y pluviómetros situados en la vertiente este del volcán Piton de la Fournaise recogieron, esos cuatro días, hasta 4800 litros, es decir, ocho veces la lluvia que cae en un año en Barcelona. La isla de Reunión tiene dos récords mundiales: la precipitación más elevada en 24 horas, con 1880 litros el 16 de marzo de 1952; y la lluvia más intensa en 1 hora, con 261 litros. Aun así, en la costa oeste, protegida de las lluvias torrenciales por las propias montañas, la precipitación total en un año apenas alcanza los 1000 litros. A causa de la extraordinaria pluviosidad, en el interior de la isla se encuentran paisajes exuberantes de vegetación y cascadas espectaculares en el interior de profundos cráteres. Veamos una imagen del pluviómetro que ha registrado estos récords.
El drosómetro: Queríamos explicarles un pluviómetro poco convencional —tiene patas, camina y es bastante preciso—, pero lo dejaremos para el siguiente artículo; ahora conozcamos el valor que puede llegar a tener el rocío en lugares áridos. Seguramente, en más de una ocasión, usted se ha querido sentar en un banco a primera hora de la mañana y ha tenido que secarlo previamente, ya que se encontraba empapado por el rocío. Si hubiera tenido un DROSÓMETRO, podría haber medido la cantidad de rocío formada. Este instrumento mide precisamente la cantidad de rocío depositada durante una noche sobre una superficie seca. En la isla de Lanzarote se cultivan viñas regadas casi exclusivamente con la humedad proporcionada por el rocío; veamos esta imagen tan curiosa.
El drosómetro nos indica la cantidad de agua que puede obtener una planta en una región muy árida. En el desierto de Atacama, que ya conocemos por las redes “atrapanieblas”, se han instalado drosómetros en distintos puntos para conocer las zonas con más rocío y obtener más beneficio de los cultivos.